top of page
Foto del escritorPaula Filippo Roizner

¿Eres una Hipermadre o un Hiperpadre?

Los padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos e intentamos que tengan una infancia perfecta. Les llevamos encantados al colegio a sus clases extraescolares entre semana y el final de semana a cumpleaños o quedadas con sus amigos. Nuestros hijos y por lo tanto toda la familia lleva una vida “cronómetrada” al milímetro. Los padres nos convertimos en lo que los especialistas denominan “hiperpadres”, aquellos que planifican la vida de sus hijos.

Les organizamos la agenda, las clases extraescolares, nos convertimos en sus chóferes y además intentamos que no tengan ningún bache en su educación. Incluso a veces no solo les ayudamos con los deberes, sino que incluso les hacemos ese dibujo que tiene que entregar mañana o esa manualidad que no saben hacer.

Consecuencias de la hiperpaternidad

Los especialistas ya están advirtiendo de las consecuencias de esta sobre protección y de esta profesionalización de la paternidad. En su libro Hiperpaternidad Eva Millet analiza como en este siglo las familias han evolucionado hasta el punto de que los hijos se han convertido en el centro. Los padres están dispuestos a “darles todo” y a conseguir unos hijos perfectos anticipándose a sus deseos y resolviendo todos sus problemas. “Un cóctel con ingredientes como la estimulación precoz, las agendas repletas, la tolerancia cero a la frustración y los enfrentamientos con los maestros que osen cuestionar las maravillas del niño o la niña”

Para Eva Millet las consecuencias son un retroceso en “el desarrollo de los hijos como la adquisición de autonomía, la capacidad de esfuerzo y el tiempo para jugar. También provoca familias estresadas y niños tan sobreprotegidos que, irónicamente, tienen más miedos que nunca”.

¿Eres una hipermadre o un hiperpadre?

Muchas veces las madres y los padres no nos damos cuenta de que nos estamos convirtiendo en “hipermadres” o “hiperpadres”. En el momento en el que te fijas en que estás gestionando la vida de tu hijo como si fuese la organización de una empresa, puedes empezar a planteártelo. También si quieres controlar cada detalle de su vida y si quieres que todo en su vida sea perfecto.

Incluso puedes realizar este rápido test en el que descubrirás si te estás convirtiendo poco a poco en un hiperpadre sin darte cuenta. Seguro que te sorprenderás de la cantidad de situaciones en las que nos hemos convertido en un hiperpadre sin darnos cuenta.

Ser padres de verdad

Aunque nos parezca que estamos cumpliendo a la perfección nuestro papel, ser padres no es estar siempre pendientes de nuestros hijos. Os vamos a dar varios consejos para cambiar nuestra actitud y nuestra forma de abordar la paternidad y lograr que nuestros hijos sean más autónomos y resolutivos.

1. Abandonar la hiperprotección

Si queremos ser buenos padres, lo primero es darnos cuenta de que ejercemos diariamente esa hiperprotección e ir dejando poco a poco parcelas de autonomía a nuestros hijos acordes a su edad. Por ejemplo, podemos hacer un cuadro con tareas en el hogar para todos los miembros de la familia, incluidos los niños. Ser padres es enseñar a nuestros hijos a conocer el mundo y establecer con ellos un vínculo de confianza. Hay que dejarles que se equivoquen, que se peleen con sus amigos, que se reconcilien con sus amigos y que vayan siendo responsables de sus pequeñas decisiones.

2. Huir de una infancia “cronometrada”

Para muchos profesionales tener una infancia “cronometrada” al minuto no solo no aporta grandes conocimientos a los más pequeños, sino que les agobia y les estresa. No pueden tener las 24 horas ocupadas con tareas y actividades diferentes en invierno y en verano. Los niños necesitan tiempo para aburrirse, explorar y descubrir cosas por su cuenta.

3. Asumir errores y fracasos

Tampoco les ayuda que queramos que siempre sean perfectos. Nosotros no somos perfectos y nuestros hijos tampoco. Tenemos que asumir nuestros errores y fracasos. Aunque les ayudemos en todo con la mejor intención, debemos dejar que se equivoquen y metan la pata. No tenemos que hacerles los deberes, ni los dibujos, ni los mapas, ni ningún trabajo escolar. Podemos orientarles y ayudarles en sus deberes y tareas, pero nunca hacerlo por completo. Si lo hacemos entenderán que ese es el camino apropiado y no se esforzarán ni en intentarlo para la próxima vez.

4. Fomentar su autoestima

Cuanto más perfecto intentemos que sea nuestro hijo, más inseguro será. Nuestro hijo pensará que, si no lo logra hacer, sus padres siempre lo harán por él y lo que es peor que no será nunca capaz de hacerlo solo. Un gran error que lesionará a largo plazo su autoestima.

5. No entrometernos en sus problemas

Los padres tenemos que ayudar a nuestros hijos siempre que podamos, pero no entrometernos en todos sus problemas. Deben aprender a solucionar sus pequeños conflictos por sí mismos.   No podemos convertirnos todos en esas “madres y padres helicóptero” que sobrevuelen constantemente su vida y les arreglen todos sus problemas. A nuestros hijos no solo no les ayudará, sino que les estaremos privando de la oportunidad de poder ser más autónomos e independientes.

https://saposyprincesas.elmundo.es/bienestar/psicologia-infantil/consejos-evitar-hiperpadres/

48 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

コメント


bottom of page